En otra victoria latinoamericana, el Apruebo corrió solo en el plebiscito chileno con el 78,27% de los votos, frente al 21,73% que obtuvo el Rechazo. Esta elección histórica inaugura el proceso constituyente que buscará desterrar la Constitución de Pinochet (1980) a través de un órgano que, por ley, tendrá el mismo cupo de mujeres y varones: La nueva constitución será la primera en el mundo en escribirse con paridad de género. Ayer el pueblo chileno probó un trozo de democracia participativa, tras meses de revolución social y miles de víctimas de violaciones a los Derechos Humanos. Cómo sigue el proceso constituyente y qué se espera que cambie en este suelo desigual llamado Chile.
*Imagen: Lourdes López Marcilese para Alta Trama.
“El orden cansa, la limpieza cansa, la vigilancia cansa,
agota, deprime; y quizás haga reaccionar a este país
y lanzarlo a una aventura más democrática.”
Pedro Lemebel.
La protesta social fue, una vez más, la herramienta del pueblo para impulsar transformaciones sociales en su favor a través de instrumentos constitucionales. El plebiscito vivido ayer en Chile fue la consecuencia de las cientos de manifestaciones que se produjeron desde el 7 de octubre de 2019 en adelante, cuando se comenzaron a gestar las primeras evasiones masivas en el Metro de Santiago.
¿Quiénes fueron lxs encargadxs de despertarnos de nuestro largo letargo? Lxs siempre organizadxs y movilizadxs secundarixs, que ante el alza del precio del boleto, suba que no les afectaba a ellxs en su pago preferencial por ser estudiantes, decidieron prender la mecha de la revolución social al compás de la consigna: “Evadir, no pagar / otra forma de luchar”.
Entre el 18 de octubre de 2019 y el 18 de marzo de 2020, en Chile hubieron 3.023 víctimas de violaciones a los Derechos Humanos por parte de las fuerzas de seguridad. Entre ellas 460 personas con traumas oculares, según el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH).
La Constitución del ‘80 que rige actualmente, cocinada por militares y civiles entre cuatro paredes en plena dictadura, tiene los días contados. Tuvieron que pasar 30 años de vida democrática y una crisis social sin precedentes, para que el sistema político entendiera -algunxs siguen sin entenderlo- que en nuestro país Pinochet Nunca Más.
El 25 de octubre de 2020 será recordado como un día histórico, no porque pudiéramos votar por el sí o no a una nueva constitución (hecho que ha ocurrido en plebiscitos anteriores), sino más bien, porque tuvimos la posibilidad de elegir cómo queremos que sea el proceso de su elaboración, el que estará marcado por un órgano constituyente que gracias a la Ley 21.216, asegura la paridad de mujeres y hombres entre sus integrantes, siendo la primera constitución nacional del mundo que se escriba bajo paridad de género.
En términos porcentuales el Apruebo corrió solo, obtuvo el 78,27% de los votos válidamente emitidos (5.886.421), mientras el Rechazo el 21,73% (1.634.107). En la misma línea, la votación por el tipo de órgano que redactará la constitución quedó en: Convención Constitucional 78,99% (5.646.427), y Convención Mixta Constitucional 21,01% (1.501.793).
A pesar de que la participación también fue histórica, se transformó en la elección con mayor número de votantes con 7.562.173 (50,87% del padrón habilitado), urge volver al antiguo sistema de voto obligatorio, porque desde la implementación del voto voluntario en 2012, las elecciones no han superado el 51% de participación del padrón electoral total. Igualmente cabe destacar que esta elección se da bajo una crisis sanitaria a causa del COVID-19.
En la Región Metropolitana (52 comunas), el Rechazo se impuso solo en tres comunas (Las Condes, Lo Barnechea y Vitacura), las mismas que históricamente han sido las de más altos ingresos de la región, y por ende, las más favorecidas con la constitución neoliberal de la dictadura.
Fabiola Campillai (36), dirigenta vecinal y madre de tres hijxs, el martes 26 de noviembre de 2019 en su población Cinco Pinos de San Bernardo, recibió una bomba lacrimógena en su rostro lanzada por Carabineros a pocos metros de distancia. Iba camino al turno noche de su trabajo en Carozzi. Perdió la visión en ambos ojos.
El proceso constituyente tendrá una nueva elección el 11 de abril de 2021, donde se elegirá por voto popular a lxs 155 ciudadanxs que tendrán la tarea de redactar la nueva constitución, en un órgano de Convención Constituyente que comenzará a sesionar en mayo de 2021. Lxs constituyentes tienen nueve meses para redactar el documento, con posibilidad de una prórroga por tres meses más. Podrán postularse a ser constituyente todxs lxs chilenxs mayores de 18 años.
Una vez elaborado el texto y aprobado por los dos tercios de la convención (103 votos), el Presidente de la República llamará a un plebiscito de salida que se realizará en 2022, que a diferencia del reciente, será bajo la modalidad de voto obligatorio.
En caso de que el Apruebo vuelva a triunfar en las urnas, el presidente convocará al Congreso Pleno para promulgar la nueva Constitución. Mientras que si se impone el Rechazo, seguirá rigiendo la Constitución de 1980. Cabe destacar que hasta que no se promulgue el nuevo texto, tanto las instituciones, incluido el parlamento, como las leyes del país, seguirán funcionando con normalidad según la carta del ‘80 (Ley Nº 21.200).
Gustavo Gatica (21), estudiante de psicología, el 8 de noviembre de 2019 recibió en ambos ojos perdigones disparados por Carabineros mientras se manifestaba en Plaza Italia. Quedó ciego.
La nueva carta magna tendrá por delante el reto de ser nuestra ruta hacia un país con mayor justicia social, para, ojalá, dejar de ser ese “oasis” económico que solo favorece al 1% más rico que concentra el 33% de los ingresos (en Rusia y Estados Unidos la concentración es del 20%, según datos del Banco Mundial).
La revolución social ventiló la situación precaria de las familias chilenas, que deben endeudarse para consumir, estudiar e incluso para acceder a la salud. Este contexto de crisis social se vio fuertemente encrudecido por la pandemia y por la desidia del gobierno que llegó tarde, obligando a las personas a acceder al retiro del 10% de sus fondos de pensión (jubilatorios) para apalear la crisis.
Según un estudio de la Fundación Sol, “en Chile hay más personas endeudadas que aquellas que tienen un trabajo remunerado”. Hoy la fuerza de trabajo ocupada es de 7,2 millones (antes de la pandemia era de 9 millones), mientras que las personas endeudadas mayores de 18 años escala a 11,5 millones.
Que la convención sea paritaria entre mujeres y hombres, también hace pensar que las condiciones de desigualdad de género pueden tener un antes y un después. Por poner un ejemplo, en salud a las mujeres ocupadas que optan por Fonasa (obra social del Estado) se les descuenta el mismo 7% que a sus pares hombres, a pesar de la brecha salarial con la que coexistimos. El Instituto Nacional de Estadística (INE), en su Encuesta Suplementaria de Ingresos (2016), estableció que el ingreso medio de las mujeres fue de $410.486 ($41.284 argentinos), mientras en los hombres $601.311 ($60.487 argentinos). Una brecha del 31,7%.
Anthony Araya (16), la tarde del viernes 2 de octubre de 2020, en las inmediaciones de Plaza Italia, fue lanzado por un efectivo de Carabineros desde el puente Pío Nono al Río Mapocho, a una altura de siete metros aproximadamente. Sufrió diversas fracturas.
Según el INDH desde el 18 de octubre de 2019 al 20 de marzo de 2020, se registraron 30 muertos y 3.838 personas heridas. Entre ellas 1.687 por perdigones, 298 por lacrimógenas y 1.001 por golpizas. Además 617 casos de tortura y 257 de violencia sexual. El mismo ente ha interpuesto 2.499 querellas por violaciones a los Derechos Humanos, aunque hasta el momento solo hay 28 formalizados por la justicia.
Ayer saboreamos un trozo de democracia participativa, en desmedro de la hegemónica representativa. Entendimos que no nos ha ido bien cuando dejamos las decisiones solo en manos de nuestrxs representantes, los 30 años de democracia post dictadura es ejemplo de ello. Debemos seguir activxs en el plano de lo político, atentxs y expectantes, empujando, siempre empujando.
Ayer, vivimos la consecuencia de días y días de llenar las calles y exigir lo que por existir nos merecemos: dignidad. Lástima que a pesar del triunfo en lo político, el saldo siempre sea negativo para el pueblo en términos de Derechos Humanos, ante tanta vida silenciada y tanto cuerpo violentado por las fuerzas de seguridad del Estado.
Ayer, comenzamos a hacer de Chile un lugar donde todas las “alitas rotas” tendrán un “pedazo de cielo” para volar.
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