Grooming: el lado B de la pandemia

Internet y las redes sociales pueden ser una gran herramienta educativa y social como se ha visto con la pandemia, pero también puede ser un lugar peligroso, en especial para niñxs y adolescentes. Una problemática que crece a la par de las plataformas digitales. ¿Cómo frenar el ciberacoso?

*Ilustración: Caro Zuch para Alta Trama.

En el 2020 con el aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO) la gente migró al mundo digital: homeoffice, clases virtuales, videollamadas, encuentros por zoom, redes sociales. El tráfico en internet creció un 25% durante los primeros días de la cuarentena según datos de la Cámara Argentina de Internet (Cabase).

Este año con el distanciamiento social, preventivo y obligatorio (DISPO) y la vacunación de la población, algunas actividades volvieron a la presencialidad, pero muchas han quedado en órbita digital y parece que “la nueva normalidad” ha venido para quedarse. Entonces, ¿quiénes habitan el mundo digital? 

Vivimos en una sociedad tan adultocéntrica que solemos creer que lxs unicxs usuarixs de internet, y específicamente de las redes sociales, somos lxs adultxs. Y peor aún, muchas veces nos creemos lxs únicos con “derecho” a usarlas pero -spoiler alert- esto no es así. Lxs niñxs y adolescentes también usan internet y redes sociales. 

En el 2020 la aplicación Tik Tok tuvo récord de descarga y su edad inicial (al igual que la de otras redes sociales) es 13 años. Según UNICEF en su informe Estado mundial de la infancia 2019 “lxs niñxs y adolescentes menores de 18 años representan aproximadamente unx de cada tres usuarixs de Internet en todo el mundo”.

Internet y las redes sociales pueden ser una gran herramienta educativa y social como se ha visto con la pandemia pero también puede ser un lugar peligroso, en especial para niñxs y adolescentes. ¿Cuáles son estos peligros? ¿Cómo lxs cuidamos sin caer en un discurso prohibicionista? ¿Cuál es nuestro rol como usuarixs? ¿Qué discursos producimos y/o reproducimos que pueden ponerlxs en peligro?

Según el National Center for Missing and exploited Children durante el 2019 se detectó la circulación en internet de al menos 16.9 millones de archivos multimedia con contenido de abuso sexual infantil, y hacia el año 2020 este número aumentó a 21.7 millones. 

UNICEF explica que con el avance de las TICs (Tecnologías de la Información y la Comunicación) el grooming y el abuso sexual infantil en representaciones digitales derivadas, se han visto exponencialmente incrementados. 

El grooming es el acoso sexual por parte de unx adultx contra unx niñx o adolescente a través de medios digitales ¿Cómo funciona? El abusador crea un perfil falso, generalmente haciéndose pasar por otro niñx o adolescente y así gana la confianza y amistad de la persona para involucrarla en un acto sexual. 

Utiliza la información pública disponible para obtener datos sobre la persona, su entorno familiar-social y su personalidad buscando encontrar un punto débil del cual aprovecharse. Asimismo, puede que el abusador le haga regalos, escuche sus problemas y aproveche esa información para chantajearlx después. 

El grooming puede suceder a través de redes sociales, correo electrónico, salas de chat, juego online, mensaje de texto. Las situaciones peligrosas a las que son expuestxs lxs niñxs por parte del acosador van desde charlas sobre sexo y conseguir material íntimo hasta obtener un encuentro para el abuso sexual.

El Ministerio Tutelar público de la Ciudad de Buenos Aires informó que en CABA, las denuncias de casos de grooming aumentaron un 30 % durante el ASPO. A su vez, Daniel Monasersky, abogado especializado en delitos informáticos informó a través de su cuenta de twitter, que en Argentina los ciberdelitos crecieron un 500% en la cuarentena, siendo los más reportados el grooming, la explotación sexual infantil y la difusión de imágenes íntimas. 

En nuestro país hay dos organizaciones que trabajan hace varios años abordando el tema del grooming: Argentina Cibersegura y Groming Argentina. La primera alertó sobre el aumento de las consultas sobre grooming, las cuales se cuadruplicaron en abril de 2020; y la segunda informó sobre una suba significativa de los casos de hasta el 200%, según sus investigaciones. Asimismo, estiman que los casos pueden haber aumentado en parte porque el 70% de lxs mapadres no está familiarizado con la problemática. 

En Argentina el grooming es un delito tipificado en el código penal desde 2013 con la Ley Nacional N° 26.904 que incorporó el artículo 131, que expresa que “será penado con prisión de seis (6) meses a cuatro (4) años el que, por medio de comunicaciones electrónicas, telecomunicaciones o cualquier otra tecnología de transmisión de datos, contactare a una persona menor de edad, con el propósito de cometer cualquier delito contra la integridad sexual de la misma.”

A su vez, en noviembre de 2020 se sancionó la Ley 27.590 Micaela Ortega que crea el Programa Nacional de Prevención y Concientización del Grooming o Ciberacoso contra Niñas, Niños y Adolescentes. 

Entre los objetivos del plan se encuentran: generar conciencia sobre el uso responsable de las Tecnologías de la Información y Comunicación; garantizar la protección de los derechos de niñxs y adolescentes frente al grooming o ciberacoso; capacitar a la comunidad educativa en los tres niveles sobre la problemática; brindar información acerca de cómo denunciar este tipo de delitos en la justicia; y diseñar y desarrollar campañas de difusión a través de los medios masivos de comunicación a los fines de cumplir con los objetivos mencionados anteriormente. 

Micaela Ortega fue una niña de 12 años que desapareció el 23 de abril de 2016 en la ciudad de Bahía Blanca.  Había ido a encontrarse con una amiga de Facebook, “Rochi de River”, quién resultó ser Jonathan Luna de 26 años. El hombre la asesinó y su cuerpo fue encontrado el 28 de mayo cerca de la ruta 3 en medio de una búsqueda por parte de las fuerzas de seguridad y sus familiares.

En 2017 Luna fue juzgado y condenado a prisión perpetua en el marco del primer caso de grooming que terminó en asesinato. Desde entonces la madre de Micaela, Mónica Haydee Cid, luchó por una ley que prevenga y concientice sobre la temática. 

Contar con una ley para prevenir y concientizar sobre el grooming es importante pero también debemos reflexionar sobre los contenidos que producimos y/o reproducimos en las redes sociales, ya que las mismas no tienen horario de protección al menor y lxs niñxs y adolescentes son usuarixs de ellas. 

Desde hace un tiempo se ven muchos videos de Tik Tok e Instagram bromeando sobre dos temas de los cuales es importante reflexionar: OnlyFans y Sugar Daddy. 

OnlyFans es una plataforma y aplicación que nació en 2016 donde las personas pueden pagar por contenido, ya sea videos, fotos o transmisiones en vivo a través de una membresía mensual. En teoría los usuarios deben tener más de 18 años pero ya sabemos lo fácil que es mentir en internet. Modalidades similares suelen usarse en otras redes sociales como Twitter, Instagram y Snapchat.

En el caso de Sugar Daddy, el término se refiere a una persona, generalmente hombre, que mantiene una relación sexual con otra más joven que recibe a cambio regalos y/o dinero. En la actualidad, se pueden encontrar fácilmente testimonios sobre estas experiencias sexuales, como un contenido más y sin ningún tipo de restricción, dentro de las redes sociales. 

Para prevenir el grooming es necesario hablar con lxs niñxs y adolescentes sobre el uso responsable de internet y las redes sociales, informarles sobre los riesgos y sobre el concepto de privacidad, la importancia de que no acepten solicitudes de extraños, explicarles que no deben compartir información ni imágenes íntimas porque lo que se sube a internet no se borra nunca.

Pero es contradictorio que por un lado les digamos esto y por el otro hagamos bromas en las redes sociales sobre ganar dinero vendiendo fotos y videos íntimos, o sobre tener relaciones sexuales a cambio de regalos y dinero. La forma más común en que un abusador engaña a niñxs y adolescentes es haciéndose pasar por alguien de su edad, pero ellxs también están expuestxs a que un adultx le ofrezca regalos y dinero a cambio de fotos o un encuentro sexual.

Como adultxs debemos hacernos cargo de los sentidos que construimos a través de los discursos que producimos y/o reproducimos en las redes sociales, sea a través de un video, un reel o un meme, y cómo éstos pueden poner en riesgo a lxs niñxs y adolescentes. 

Debemos intentar no caer en discursos prohibicionistas que apelan a que niñxs y adolescentes no usen internet vulnerando también así sus derechos, o en aquellos que responsabilizan a lxs mapadres y a la escuela por lo que ocurre, porque hacer de internet y de las redes sociales un lugar seguro, es responsabilidad de todxs. 

*La línea 137, nacional y gratuita, funciona las 24 horas todos los días del año, brinda atención, contención e información para tratar y denunciar este tipo de delitos.

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