Son 6 millones lxs jóvenes de entre 16 y 24 años que están habilitadxs a votar, divino tesoro para candidatxs oficialistas y opositores que intentan acercarse a través de Twitch, Youtube o Tik Tok a este sector que representa el 20 % del padrón electoral. Pero, ¿qué ofrece la política actual a la juventud? ¿El Frente de Todos sabrá convocar a lxs jóvenes como hizo Néstor desde 2003 con una serie de políticas públicas dedicadas al sector? ¿Cuáles son las realidades y proyecciones de lxs sub30 que atravesaron un gobierno neoliberal y una crisis pandémica?
*Ilustración: Magia Linyera para Alta Trama.
En 2008 frente a una plaza colmada de militantes el ex presidente Néstor Kirchner dijo: “A los jóvenes les digo sean transgresores, opinen, la juventud tiene que ser un punto de inflexión del nuevo tiempo”.
El kirchnerismo se caracterizó, entre otras cosas, por incorporar a las generaciones jóvenes a la discusión política. Luego de la desintegración del país en los ’90 y el estallido social del 2001 seguido de la crisis de las instituciones, en 2003 se inició un proceso de recuperación de la política como herramienta de transformación de realidades, que provocó que miles de jóvenes se incorporaron a la militancia para ser parte de un proyecto que hizo al país más justo, libre y soberano: la década ganada.
¿Veinte años después del 2001 cuál es el nivel de participación de la juventud? ¿Cuáles son las realidades de jóvenes que atravesaron un gobierno neoliberal como el de Macri y una crisis pandémica? ¿Qué proyecciones tiene actualmente el segmento etario sub30?
“La juventud trabada, política sin sopapa” (Letra de Divididos, Villancico del Horror)
El 31 de octubre de 2012 durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, se sancionó la “Ley de Voto Joven” (Ley 26.774), que estableció el derecho de lxs jóvenes de 16 y 17 años, nativxs o naturalizadxs argentinxs, a ejercer el derecho al voto y a elegir a sus representantes.
Según la Dirección Nacional Electoral en 2019 fueron 869.667 electorxs de 16/17 años, el 2,61% promedio del padrón electoral, y la participación efectiva del sector etario fue del 63%.
Datos de la misma fuente revela que a nivel nacional la participación de la juventud era alta en 2019:
Sin embargo, en la actualidad el panorama es bastante disímil y la participación de la juventud en el proceso electoral se encuentra en una situación de incertidumbre.
En una entrevista realizada el pasado 6 de julio por el periodista Daniel Tognetti al sociólogo y analista Artemio López, este indicó que el informe de la Consultora Proyecciones en la Provincia de Buenos Aires arrojaba que el 51% de los jóvenes encuestados no se siente representado por ningún frente político y un 40,8% no confía en ningún dirigente.
La desazón de la juventud se encuentra íntimamente relacionada con la situación crítica en la que se halla el país luego de un gobierno neoliberal que endeudó la Argentina por cien años y un contexto pandémico que arrasó al mundo.
Circunstancia que se ve reflejada en otra encuesta realizada por la consultora política “Analogías” el 30 y 31 de julio de 2021 a nivel nacional, donde muestra los siguientes resultados resaltando la postura “pesimista” del sector que va de los 16 a los 29 años:
El 61,2% de la juventud no cree que lxs jóvenes se encuentren interesadxs en la política, el 53,6% cree que el poder adquisitivo de los salarios en los próximos meses va a ser menor, el 73,3% cree que la actividad económica y el empleo está recuperando poco o nada y el 61,8% sostiene que la situación económica va a ser peor en los próximos dos años.
Un informe del Centro de Estudios Metropolitanos (CEM) remarcó que hasta el tercer trimestre del 2020, 560.000 jóvenes perdieron su trabajo. La desocupación en la franja etaria de 18 a 30 años creció seis puntos, pasó de 20% en el primer trimestre de 2020 (pre pandemia) a 26% durante el segundo trimestre, que fue el período más crítico de la crisis sanitaria.
Además, en lxs jóvenes menores de 30 años la tasa de informalidad alcanzaba el 51% y empeora en el segmento etario de 18 a 24 años arrojando el 64%. A éste panorama se le suma la desigualdad de género: En el tramo 18 a 24 años se registra una caída del empleo del 48% para las mujeres, mientras que para los varones de la misma edad fue del 34%.
Las condiciones de desempleo, subempleo o informalidad, aparejan como consecuencia pobreza e indigencia. Según el INDEC en el momento más complejo de la pandemia la incidencia de la pobreza creció de forma significativa en la población juvenil de 15 a 29 años y se ubica en el 49,6%.
Los gobiernos de Néstor y Cristina desarrollaron políticas para incentivar de diversas maneras la formación y por ende, la mejora en las posibilidades de empleo de los jóvenes:
La Ley de Educación Nacional N° 26.206, que extendió la obligatoriedad escolar hasta el fin del nivel secundario, la Ley N° 26.058 de Educación Técnico Profesional, la generación de la Asignación Universal por Hijo, Conectar Igualdad, Jóvenes con Más y Mejor Trabajo, las becas Progresar, dentro de una batería de medidas constantes para aportar al desarrollo de la juventud.
Muchas de estas políticas fueron desfinanciadas o cerradas durante el gobierno de Cambiemos, ahora Juntos.
Durante la pandemia una de las políticas que tomó el gobierno de Alberto Fernández fue el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) y la población joven de 18 a 24 años implicó el 28% de los beneficiarios.
Además se impulsó el plan federal Juana Manso con el objetivo de otorgar conectividad, equipamiento y una plataforma para capacitación de docentes, estudiantes y familias. Y recientemente fue lanzada una de las políticas más llamativas que busca la calificación en programación de lxs jóvenes: Argentina Programa.
En una realidad de crisis por pandemia y post gobierno neoliberal, sumado a un mundo que cada vez exige más trabajos calificados, se demandan políticas audaces, efectivas y concretas, porque las medidas tomadas hasta el momento demuestran no ser suficientes para una juventud que no encuentra proyección a futuro.
Juventud, divino tesoro
La situación de emergencia de lxs jóvenes se reflejó en el proceso electoral. No solo fueron las PASO con el porcentaje más bajo de participación desde su creación, votó alrededor del 66% del padrón, sino que “las nuevas derechas” con discursos de odio, falacias sobre un Estado ineficaz y la libertad individual escalaron 13,66% con Milei en CABA y 4,87% con Espert en PBA. Así como el Frente de Todos perdió votos en ambos distritos.
También es real que la exclusión de la juventud en la actividad política se encuentra institucionalizada, así lo indica por ejemplo el Congreso, donde la edad mínima para ingresar en la Cámara de Diputados es de 25 años y en la de Senadores de 30, de todas formas ambas cámaras superan un promedio etario de 50 años entre sus miembros.
¿Cómo es que lxs jóvenes van a querer ser parte de un espacio que les veda la posibilidad de llegar a lugares de toma de decisiones?
En 2003 cuando Néstor Kirchner asumió la presidencia el país se encontraba en llamas, un default técnico e indicadores de desempleo, pobreza e indigencia que ardían. Sin embargo él propuso el sueño de levantar una nueva y gloriosa Nación, y supo desde el comienzo que ese proceso era con lxs jóvenes.
Así enamoró a miles que se sumaron a las luchas políticas con la convicción de que no solo había movilidad ascendente para ellxs, sino que estaban construyendo un proyecto colectivo para el bienestar social de todxs lxs argentinxs.
Es fundamental incorporar un sujeto político activo que no sólo involucra el futuro sino el presente porque cómo dijo Néstor “Cuando la juventud se pone en marcha, el cambio es inevitable”.
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