¿Por qué incendian los bosques?

Un extractivismo feroz, encabezado por la especulación inmobiliaria, la extracción de madera del bosque nativo, el agronegocio, el fracking y la megaminería, es la causa de fondo que provoca estos desastres que destruyen y depredan la naturaleza dejando, como vimos en la Comarca Andina, tierra arrasada. Una clara consecuencia del sistema de producción, distribución y consumo actual que nos viene demostrando, que para nada es compatible con una vida sustentable y en sintonía con nuestra naturaleza. ¿Hasta cuándo vamos a seguir así?

*Fotografía: Greenpeace Argentina.

Eran casi las cuatro de la tarde del martes 9 de marzo, cuando un grupo de vecinxs de la Comarca Andina Paralelo 42 en la Región de Chubut – Río Negro, denunciaron que una espesa columna de humo se asomaba en las cercanías del paraje Las Golondrinas.

El fuego arrasó, con un viento de 11 km/h y ráfagas de 60km/h, con todo lo que se cruzaba en el camino: casas, talleres, aserraderos, producciones agroecológicas, animales, autos, entre otras cosas.

En un lapso de dos horas, se conocieron nuevas denuncias en simultáneo en las zonas de El Hoyo, Cerro Radal y Epuyén, sumados a los focos preexistentes de la zona de El Maitén y Cholila. A pesar del intenso esfuerzo de los vecinos trabajando en sus territorios para combatir el fuego y trasladar a lxs evacuadxs, los focos empezaron a propagarse y a rodearlos, lo que significaba un peligro inminente. 

La desesperación comenzó a crecer y la difusión se llevó a cabo principalmente a través de redes sociales por activistas ambientales, influencers y usuarixs ante el silencio de los medios de comunicación hegemónicos.

En los diferentes videos y fotos viralizadas, se puede observar cómo el mítico paisaje patagónico comenzaba a transformarse en un cementerio de cenizas. La consecuencia: más de 500 casas destruidas, decenas de personas heridas, dos personas fallecidas confirmadas y, según el propio Ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable 15 mil hectáreas afectadas. 

Según el Reporte de Incendios del jueves 11 de marzo de 2021 elaborado por el Servicio Nacional de Manejo del Fuego, durante ese día, seis provincias argentinas presentaban focos activos. Y según los datos de incendios reportados en los dos primeros meses del año, la provincia de Río Negro, ya perdió 12.524 hectáreas -que equivale a 17 mil canchas de fútbol- que hace a un total de más de 40 mil hectáreas afectadas por incendios en todo el país.

“Es muy poco lo que queda de bosque nativo, mataron todo. Porque mataron. Esto fue intencional, estaba pensado. Sé que atrás de esto hay un gran negociado. Mataron toda la vida nativa que quedaba en el lugar”, explicaba Marilyn Cañio del Lof Cañio Pangui Wingkul, en un audio difundido por el Movimiento de Mujeres Indígenas por el buen vivir.

Se cree que los incendios producidos en La Comarca fueron intencionales, principalmente por cómo se originaron los distintos focos. El intendente de Lago Puelo, Agusto Sanchez, señaló que sin duda hubo una intencionalidad detrás de los focos. “No está la información de las causas pero no fue una causa natural porque el día estaba totalmente despejado. Ninguno de los dos focos, Las Golondrinas y Radal, fueron naturales”.

En esa misma línea, el Ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Juan Cabandié, en conferencia de prensa pidió a la Justicia que investigue quiénes son los responsables: “fueron intencionales porque nos basamos en el tipo de fuego y en los registros de la zona. Eso sí, no sabemos quiénes son los responsables. Esa es una tarea que debe hacer la Justicia. Me llama la atención como en tres horas, se incendiaron siete localidades de forma simultánea. No conozco las razones”.

Además, según explican desde la organización Autoconvocadxs en Defensa del Bosque que “si bien las condiciones climáticas eran óptimas para que el fuego avanzara de la manera que lo hizo, queremos destacar los testimonios de vecinxs que vieron gente prendiendo focos intencionalmente”. 

A su vez, la sequía y los fuertes vientos ayudan a que se propague más rápidamente. El Servicio Meteorológico Nacional indicó que durante el 2020 el país experimentó una extensa y prolongada sequía. De hecho, la falta de lluvias hizo que fuera el año más seco desde 1995. Sin embargo, atribuirle la responsabilidad al clima, sin hacernos cargo de la irresponsable actividad humana económica que desencadena las catástrofes climáticas, sería de una hipocresía inaudita. 

Todo fuego es político

Está claro que existe una estrecha relación entre los incendios que se producen, no sólo en nuestro país, sino en Latinoamérica y el mundo, con las decisiones llevadas a cabo por los diferentes Gobiernos y las actividades económicas que se llevan a cabo en los países. Si bien desde el Ministerio de Ambiente explican que se continúan reforzando los recursos desde Nación para prevenir y combatir incendios, esos recursos aún no han sido incorporados a las partidas presupuestarias.

Las acciones para combatir los incendios son coordinadas por el Servicio Nacional de Manejo del Fuego, dependiente del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible. Este organismo cuenta con fondos por $ 282.876.383 en el Presupuesto 2021 -publicado el 14 de diciembre de 2020 en el Boletín Oficial-, lo que implica una pérdida del 42,9% con respecto a 2019 en términos reales, considerando la inflación del período y las proyecciones del Gobierno para 2021.

A pesar de ello, según declaraciones de el Ministro Juan Cabandié y como también lo informa el reporte de incendios del 13 de marzo de 2021, para este año se aumentó siete veces el presupuesto destinado al Servicio Nacional de Manejo del Fuego, detallando que durante 2020 fueron ejecutados $433.000.000, mientras que para este fue proyectado un presupuesto de 3 mil millones de pesos. 

Este aumento, surge a partir de la creación de un fideicomiso con alícuota del tres por mil de pólizas de seguro, con lo cual, se incrementaría el financiamiento del Servicio Nacional de Manejo del Fuego en $2.640 millones. Sin embargo, el fondo no se ha asignado aún a las partidas correspondientes, como sostiene este informe de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN).

“Exigimos urgente que aumenten el presupuesto destinado al Sistema Nacional de Manejo del Fuego para tener aviones hidrantes, infraestructura, personal y control territorial para detectar potenciales incendios antes de que se produzcan”, exigen desde Jóvenes por el Clima. 

¿Por qué se incendian los bosques?

Los simultáneos focos dentro de La Comarca Andina, reavivaron los debates sobre los incendios en nuestro país, sin embargo es un tema que de nuevo no tiene absolutamente nada. Desde que la Patagonia fue despojada de sus legítimos dueñxs, los pueblos originarios, a comienzos de 1900 para ser incorporada al territorio de la Nación Argentina, su situación en el contexto nacional pasó a ser el de enclave intraterritorial destinado al saqueo y la entrega. 

Durante la época de la mal llamada “conquista del desierto”, el bosque resultó ser un obstáculo para ese “desarrollo y progreso” de la Nación Argentina. Por esa razón el bosque nativo de una u otra manera debía ser eliminado, y de paso, se terminarían de matar a los últimos originarios que allí vivían. 

Así fue que entre 1900 y 1910 se llevaron a cabo las “rozadas”, que consistieron en quemar casi todos los bosques existentes por aquel entonces en la región de los Andes Patagónicos. Estos descomunales incendios tenían como objetivo “liberar tierras al desarrollo de la nación”. Desde entonces, la agricultura y la ganadería marcarían el “progreso de la argentina” de comienzo del siglo XX. Hoy, la realidad no parece ser muy diferente. 

Ante la certeza de que estos incendios fueron provocados intencionalmente, de hecho, el propio Servicio Nacional de Manejo del Fuego indica en sus reportes diarios que “el 95 % de los incendios forestales son producidos por intervenciones humanas y entre las primeras causas se encuentra el uso del fuego para la preparación de áreas de pastoreo”, nos queda claro que el proyecto extractivista de comienzos de 1900 aún no ha finalizado.  

Un crecimiento urbano descontrolado, especulación inmobiliaria, extracción de madera del bosque nativo, monocultivos forestales, agronegocio, fracking y megaminería, son parte del modelo de saqueo y contaminación actuales, cuyas nefastas consecuencias acechan a gran parte del territorio argentino.

Este extractivismo feroz, método fundamental del sistema de producción, distribución y consumo actual, es la causa de fondo que provoca estos desastres que destruyen y depredan la naturaleza dejando, como vimos en la Comarca Andina, tierra arrasada.

“Ahora la Patagonia está en llamas. Duele. Pero no sorprende. O dejamos de naturalizar este desastre o nos resignamos a colapsar con él”. Soledad Barrutti. 

Debemos como sociedad cuestionarnos y exigir la presencia de los Estados Nacionales y Provinciales para que las medidas en pos del desarrollo sean en sintonía con el cuidado de la naturaleza y de las personas que habitan los territorios. Es necesario dejar de tomar como cotidiano este modelo extractivista que nos despedaza día a día frente a nuestros ojos y que nos han dejado consecuencias gravísimas como la pandemia que hoy estamos viviendo. 

“Ojalá las imágenes apocalípticas de la Patagonia sirvan al menos para generarnos el estupor suficiente. Se deteriora el sentido de nuestras luchas si no hay planeta donde crear nuevas realidades”. Suzy Qiú.


Para donaciones, lo que hoy se necesita son: palas, picotas, carretillas, machetes, motosierras, bidones, mangueras, tanques de agua, herramientas (todas), clavos, martillos, guantes, asadas, bieldos, trinche, nafta, bombas, generadores (grupo electrógeno), cables de exterior, cajas térmicas para pilares, alambres, postes, garrafas de gas o de camping. Contactos en Autoconvocados por el Bosque.

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